jueves, 7 de abril de 2016

ECO FEBRIL por Carmen Amaralis Vega Olivencia



No recuerdo tu voz
Por más que me esfuerzo
no recuerdo tu voz.
Aquella que recorría por mi nuca
cuando murmurabas tus deseos
cerquita, muy cerquita de mi rostro asustado.
La piel se erizaba
mientras deseos antiguos invadían mi mente.
Quiero oírte,
Pero no recuerdo tu voz, no la recuerdo.
Cada noche  retumba  un eco febril
en la bóveda ardiente de mi cielo.
Se reviven  relámpagos en mis espacios.
Llueve,  y  cada vez que veo llover
un murmullo suplicante recorre mi cuerpo.
Algo en mi interior reclama tus notas sonoras.
Cómo es posible que vea tu fantasma
habitar mi espacio
callado,
Omnipresente,
con eso ojos suplicando cubrir tu desnudez con mi piel,
Y en silencio,
en esta oscuridad profunda de la vida
ruego  escuchar el  gemido de un  ¨te quiero¨
como en los buenos tiempos.



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