miércoles, 4 de mayo de 2016

QUEBRADO POEMA DE AMOR HERIDO por Jesús Cánovas Martínez


Para todos los niños desheredados del mundo.

PRÓLOGO
Tú me pediste
extendiendo tu adelgazada mano
una ayuda.
“Una ayuda”, dijiste;
dijiste quedo, quedo…

Entonces huí.
NUDO
PRIMER TIEMPO
En las esquinas, entre la gente,
un muro invisible separaba
tus ojos, en los escaparates.
Y tu mirada adosaba
la ilusión, ciertamente,
de paraísos soñada,
de juguetes, turrones,
golosos reyes.

Niña tú, hoy mirabas,
ausente entre la gente,
muchos soles.
SEGUNDO TIEMPO
Estaciones de autobuses.
Se amontona, se adormece la tarde.
Esquinas. Sueños. Bares.

Por el vitral, la luna.
Resbalan cirios y moscas,
fanfarrias, músicas, zambombas,
sonoros cascabeles.

Navegan tus ojos
por la tarde
y los cristales,
y tu mirada me recuerda
la lejanía y la muerte.
TERCER TIEMPO
Asfalto. Suelo. Farolas en la calle.
                                       Nada más.
Se despueblan abrigos,
sueños, voces, gritos.
Desde los altos andamios
abre una rosa,
se desmorona la tarde.
En el desdén, las manos;
la voz en mi garganta.

Tú, mi niña,
entre las esquinas pasas.

La luz herida. Cuadernos Espartaria
                    Todos los derechos reservados


                    Jesús Cánovas Martínez©


0 comentarios :

Publicar un comentario