jueves, 12 de octubre de 2017

VENEZUELA, Amado País por Bella Ventura


Quisiera hablarte con poesía,
patria conocida de mis entrañas de madre.
Me diste mi primer hijo y alegrías infinitas
pero las circunstancias me lo impiden.
Tu dolor en mi pecho prende alarmas.
Me hago a la tristeza que la impotencia arrastra.
Desde mi rincón, ruego con los brazos elevados al cielo.
Imploro que cese tu violencia y se acabe ese gobierno
a la medida de las dictaduras más feroces.
¡Si es que existen dictaduras más suaves!
Todas llevan el mismo nombre y contenido igual,
corrupción, exceso de poder, manipulaciones
y la furia del pueblo atado de manos y pies
sin poder buscar salidas a la libertad que todo ser precisa.
Acorralados los derechos y menospreciados los deseos
de vivir sin zozobras de tantas clases.
El anhelo de vivir en paz con pan en la mesa
y sin tiros en la calle para mostrar fuerza.
Me rebelo con la sabiduría que disfrutan otros regímenes.
Sé que ninguno es perfecto.
Las democracias cojean.
Los reinos se resquebrajan.
Los países claman justicia.
Los gobernantes olvidan a sus electores
para abultar sus bolsillos y el de los amigos.
Enredan sus propios intereses en ligas
que ciudadanos de bien condenan.
Mencionar mis sentimientos es llorar tu desgracia.
Sentir tus párpados húmedos cercanos a los míos.
Creamos ríos de protestas desde la voz que no admite
el rejo y menos el mando equivocado en épocas
cuando la conciencia elabora otros fines.
Con mis lágrimas me solidarizo con tus votos de cambio.
Y con mi verso aclaro mi confianza que pronto
el cauce de tus destinos tomará el rumbo que la luz guía.
Estrellas en tu horizonte anuncian otros tiempos.
Soles de paraíso en tu nación de desafíos.
Retos, huéspedes del futuro que se anuncia.
Escucho música celestial.
Notas brotan de nubes que sonríen.


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